China respecto a los semiconductores

¿Hasta qué punto dependemos de China respecto a los semiconductores?

En la actual industria mundial de semiconductores, la «diferencia de temperatura» entre China y el mercado internacional parece ser más obvia, y especialmente después de las restricciones comerciales impuestas por EE.UU. la situación se ha vuelto más prominente. Hasta ahora había una «dependencia» muy grande de la industria de China, pero hace poco Europa también decidió invertir una nada despreciable cifra para promover el desarrollo de esta importante industria, pero, ¿hasta qué punto dependemos de China al respecto? ¿Podemos llegar a ser «independientes»?

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Desde el lanzamiento del «gran fondo» en 2014 para el mercado de China continental, la industria de semiconductores está en auge en el país pero ahora con las restricciones comerciales se ha echado más leña al fuego, y la escena de los dos últimos años empieza a preocupar porque, obviamente, esta situación está frenando el desarrollo hasta el punto de que Europa se ha dado cuenta de que necesita «no depender» tanto de China y ha puesto más carne en el asador para promover la industria de los semiconductores.

La industria de los semiconductores depende de China

La industria de los semiconductores sufrió un «boom» en China desde esa inyección de fondos en 2014, y se ha desarrollado a pasos agigantados en los últimos seis años. En Estados Unidos, Europa, Japón y Corea del Sur el desarrollo de esta industria ha ido más lenta, paso a paso, con un crecimiento mucho más sosegado.

Ahora con la aparición de las restricciones comerciales se ha puesto una barrera entre dos industrias que son la misma pero que funcionaban a diferentes ritmos en un intento de «frenar» a China en cuanto a desarrollo, algo que parece inverosímil cuando lo más sencillo habría sido fusionar las dos fuerzas para promover un desarrollo todavía más rápido, pero sobre todo más homogéneo que beneficiara a todos.

Guerra China EEUU - China respecto a los semiconductores

Por culpa de las restricciones, los intercambios y el comercio entre China y el mercado internacional de semiconductores están en un punto muerto en muchos casos y en detrimento en otros ya que son varias las empresas que ya se han marchado del país y otras tantas que pretenden hacerlo.

A pesar de ello, China continental es el mercado de consumo de semiconductores más grande del mundo, ya que hay un gran número de empresas internacionales que basan su actividad en el país asiático incluyendo la venta de chips y materias primas. Además, las fábricas de obleas más avanzadas están ahí, y eso incluye plantas de IDM, TSMC, Samsung, SK Hynix e Intel, por ejemplo.

Para poner esto en perspectiva, un 41,57% de las importaciones de semiconductores de Corea del Sur provienen de China. Por otro lado, incluso tras las restricciones de Trump a Huawei con las que se esperaba que las exportaciones a china de Samsung y SK Hynix disminuyeran, al final por culpa del COVID se ha generado el efecto contrario y la demanda china de semiconductores se ha visto incrementada.

EEUU-vs-China

Dicho de otra manera, el gobierno de EE.UU. ha impuesto vetos en un intento de frenar el mercado chino, y si bien es cierto que en algunos segmentos esto está provocando muchos problemas en la industria la realidad es que el mundo sigue dependiendo demasiado de China al respecto como para poder independizarse de su industria.

China también depende del resto del mundo

China continental tiene un amplio mercado, pero el nivel general de tecnología de semiconductores es relativamente bajo, especialmente para productos de gama alta ya sean lógicos como procesadores, GPUs, FPGA o memoria DRAM de alto rendimiento. Los dispositivos y chips analógicos no son todavía autosuficientes y dependen de las importaciones: dicho de otra manera, China también necesita importar para poder fabricar los productos que luego exporta.

En la actualidad, la importación anual de componentes de chips en China ha superado los 300.000 millones de dólares, y por lo tanto los semiconductores chinos también dependen del resto del mundo, y mucho; si se produjera un cierre total comercial a China, no podrían seguir fabricando chips, ni más ni menos.

ASML-7

En la industria de los semiconductores, inicialmente todo el mercado se basó en China y China también se basó en la situación internacional. Si se puede mantener el ritmo original de desarrollo, puede darse una situación complementaria y armoniosa, salvo que EE.UU. siga por los mismos derroteros que inició el presidente Trump.

Y es que estas restricciones al comercio internacional han roto el equilibrio, no solo dividiendo a China del resto del mundo sino provocando también un cierto grado de fragmentación dentro de cada uno de los países. Por ejemplo, en los mercados europeo, japonés y coreano la comunidad empresarial de semiconductores tiene cierta tendencia a restaurar el estado original de comercio abierto (prueba de ello fue el CFO de ASML diciendo que si EE.UU. les prohibía exportar sus máquinas a China desde allí, lo harían desde Holanda), pero al final todo depende de las agencias reguladoras de estos mercados.

En China, las diferentes tendencias de I + D independientes y de cooperación abierta se han vuelto más obvias y el debate se ha vuelto cada vez más feroz. Todo esto ha agregado más incertidumbre al desarrollo de la industria de los semiconductores, y la realidad es que, en lugar de buscar una asociación para beneficio mutuo, lo que se está consiguiendo es que la industria se estanque por un pensamiento de «ni come ni deja comer», que es lo que ha hecho el gobierno de Trump.

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