Cuando se trata de realidad virtual (VR), muchos de nosotros pensamos en películas de ciencia ficción como Minority Report. Sin embargo, lo cierto es que a día de hoy es una tecnología que se ha fusionado por completo con nuestro día a día. Videojuegos, medicina, educación… La Realidad Virtual ha llegado para quedarse. Pero, ¿de qué está hecho exactamente?

¿Qué es la realidad virtual?
La realidad virtual (VR) es un entorno de escenas y objetos de aspecto real, generados por tecnología informática, que hacen que el usuario se sienta inmerso en ellos. Este entorno se ve a través de un dispositivo llamado gafas de realidad virtual o auriculares. Gracias a la realidad virtual podemos sumergirnos en los videojuegos como si fuéramos los propios personajes, aprender a operar un corazón o mejorar la calidad del entrenamiento deportivo para conseguir el máximo rendimiento.
Leer mas Modelos de gafas de realidad virtual
Puede sonar extremadamente futurista, pero no es tan reciente como podría pensarse. De hecho, muchos creen que uno de los primeros dispositivos de realidad virtual fue el llamado Sensorama, una máquina con un asiento incorporado que reproducía películas en 3D, emitía olores y creaba vibraciones para que la experiencia fuera lo más vívida posible. La invención se remonta nada más y nada menos que a mediados de la década de 1950. A partir de entonces, el desarrollo tecnológico y de software de los años siguientes llevó a los correspondientes desarrollos tanto en los dispositivos como en el diseño de la interfaz.
Diferencias con la realidad aumentada
Aunque es una tecnología que apareció hace décadas, el término realidad virtual todavía está muy lejos para muchas personas. El término realidad virtual también suele confundirse con realidad aumentada.
La principal diferencia entre los dos es que la realidad virtual construye el mundo al que entramos a través de unas gafas específicas. Es un entorno completamente inmersivo y todo lo que vemos es parte de un entorno construido artificialmente a través de imágenes, sonidos, etc. En el caso de la Realidad Aumentada (AR), nuestro propio mundo se convierte en el medio para la colocación de objetos, imágenes o amor. Todo lo que vemos está en un entorno real y puede que no sea necesario llevar gafas. El ejemplo más claro y general de este concepto es Pokémon Go.
Sin embargo, existe una combinación de las dos realidades, conocida como realidad mixta. Esta tecnología híbrida permite, por ejemplo, ver objetos virtuales en el mundo real y construir una experiencia donde lo físico y lo digital son casi indistinguibles.
Las principales aplicaciones de la realidad virtual
Hasta aquí la teoría que nos proyecta hacia el futuro. Pero, ¿en qué industrias se usa la realidad virtual hoy en día? La medicina, la cultura, la educación o la arquitectura son algunos de los campos que ya han sucumbido a los beneficios de esta tecnología. Desde visitas guiadas a museos hasta la disección de un músculo, la realidad virtual nos permite traspasar límites que de otro modo serían inimaginables.
El futuroo de la realidad virtual
La realidad virtual es una de las tecnologías con mayores previsiones de crecimiento. Según las últimas previsiones de IDC Research (2018), las inversiones en VR y AR se multiplicarán por veinte en los próximos cuatro años, alcanzando los 15.500 millones de euros en 2022. Además, las dos tecnologías jugarán un papel clave en los planes de transformación digital de empresas cuyo gasto en este ámbito superará al del segmento de consumo en 2019. En este sentido, se espera que para 2020 más del 50% de las grandes empresas europeas dispongan de una estrategia VR y AR.
Hoy en día, el mercado demanda aplicaciones que van más allá del ocio, el turismo o el marketing y son más asequibles para los usuarios. Las interfaces virtuales también deben mejorarse para evitar errores como el recorte, que hace que pasen algunos objetos sólidos. O minimizar los efectos de la realidad virtual en el cuerpo, incluido el llamado mareo por movimiento, que consiste en mareos provocados por el desfase entre mover nuestro cuerpo y ver el mundo virtual.
Los principales grupos tecnológicos ya están trabajando en el desarrollo de unas gafas que no requieren cables y visualizan imágenes en HD. Están desarrollando unas gafas de realidad virtual en 8K y con procesadores mucho más potentes. Incluso se habla de integrar la inteligencia artificial en los próximos años. 5G también puede proporcionar escenarios muy interesantes para la evolución de la realidad virtual. Este estándar permite la conexión de más dispositivos y grandes comunidades de usuarios. Además, la latencia apenas perceptible permite que el consumidor reciba las imágenes en tiempo real, casi como si las viera con sus propios ojos.
De todos modos, la realidad virtual ya no es ciencia ficción. Está anclado en nuestro presente y, en los próximos años, conducirá a avances que darán forma al futuro.